sábado, 15 de mayo de 2010

Los refugiados de la RDA en Praga

La división de Alemania en la República Federal de Alemania (RFA: Alemania Occidental) y la República Democrática Alemana (RDA: Alemania Oriental) culminó en 1961 con la construcción del Muro de Berlín. Muchos refugiados de Alemania Oriental murieron en sus intentos de cruzar la frontera hacia Alemania Occidental, por esta razón, algunos intentaron cruzarla a través de países fronterizos. A finales de los 80, cientos de alemanes de la ex RDA buscaron desesperadamente refugio en la embajada de la RFA en Praga, la capital de la entonces Checoslovaquia comunista, generando así un incidente diplomático que pavimentó el camino para la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, y la reunificación alemana, casi un año después.

En el verano de 1989 miles de ciudadanos de la RDA, República Democrática Alemana, comenzaron a huir. Empezó a producirse su éxodo masivo a Alemania Occidental, que aceleraría la caída del comunismo en Europa Central.
En mayo de 1989 los húngaros comenzaron a desmantelar las alambradas eléctricas en sus fronteras con Austria. A partir de ese momento los alemanes orientales empezaron a huir hacia Occidente a través del territorio húngaro. 250 mil ciudadanos de la comunista Alemania Oriental utilizaron esa ruta para pasar a Austria y después a Alemania Federal, donde obtenían asilo.


Alemanes orientales huyendo del Este de Alemania


Jardín del Palacio de Lobkowitz en septiembre de 1989


Ante estos sucesos, los dirigentes de Berlín Oriental protestaron ante las autoridades de Budapest y acabaron por pedir a la dirección del Partido Comunista de Checoslovaquia que hiciera más rigurosos los controles en sus fronteras meridionales con Hungría. Entonces, la oleada de fugitivos de Alemania Oriental se dirigió a la Embajada germano-occidental en Praga. Las calles del casco histórico de Praga se vieron inundadas de coches Trabant con matrícula de la RDA. Los refugiados de Alemania Oriental se empezaron a amontonar, hasta límites exagerados, en la sede de la Embajada de la RFA (BRD), el palacio de Lobkowitz. El edificio estaba tan abarrotado que los refugiados dormían en los peldaños de su monumental escalinata. El jardín parecía a un camping, estaba lleno de tiendas y camas.


Palacio de Lobkowitz (Embajada de la RFA en Praga)


A partir de la segunda quincena de agosto de 1989, las autoridades checoslovacas cerraron las fronteras las fronteras con Hungría a los alemanes orientales, el número de refugiados en la Embajada de Praga crecía enormemente cada día. El comportamiento de los agentes checoslovacos era impredecible y cambiaba prácticamente cada día, pues a veces dejaban a la gente subirse al muro sin intervenir. Este tipo de actuaciones señalaban que la propia dirección comunista de Checoslovaquia no tenía un plan sobre cómo reaccionar. En Moscú gobernaba Mijaíl Gorbachov y desde el Kremlin ya no venían instrucciones de cómo actuar. Resulta interesante el hecho de que los dirigentes checoslovacos no obstaculizaran el abastecimiento de los refugiados en la Embajada de la RFA, pues el camión que transportaba alimentos, vestimenta y tiendas regularmente desde Baviera, nunca fue detenido en la frontera. Pero en el abarrotado palacio era cada vez más difícil mantener las condiciones higiénicas. Al mismo tiempo, la televisión retransmitía imágenes de lo que estaba sucediendo, lo que agitaba más la situación y hacía que cada vez fueran más los alemanes orientales que decidían huir de la RDA. La situación alcanzó límites insospechados y ya estaba casi fuera de control. Mientras, el nerviosismo de los refugiados crecía. Esperaban que con la llegada del día 7 de octubre, 40 aniversario de la RDA, los dirigentes políticos de esta pusieran alguna solución, ya que toda la comunidad internacional seguía con atención lo que estaba sucediendo en Praga. Pero antes del 7 de octubre, el gobierno checoslovaco exigió a la a Berlín Oriental que tomase cartas en el asunto y que resolvieran sin demora lo que estaba sucediendo. Esta llamada de atención hizo que Erich Honecker tomase una decisión y fue a partir del 30 de septiembre cuando empezaron a partir trenes (5.000 refugiados en siete trenes) desde Praga hacia Alemania Occidental pasando por territorio de la República Democrática (algo que produjo un gran descontento). Fue el propio ministro germanooccidental Hans-Dietrich Genscher el que anunció desde el balcón del palacio de Lobkowitz que ya se podía partir hacia Occidente. El movimiento de refugiados aumentó, ahora ya llegaba hasta las Embajada de la RFA en Varsovia y las autoridades podían hacer poco para impedir lo que estaba aconteciendo. Además, la gente se empezó a dar cuenta de que las autoridades y los países comunistas ya no se atrevían a reprimir la presión ciudadana que les obligaba a realizar grandes concesiones.
Se podría decir que el Muro de Berlín empezó a caer en Praga, pues la gente huía de unas fronteras que ya habían construidas porque el sistema de la RDA no funcionaba, pero la gente escapaba igual de allí, ni siquiera eso funcionaba. Al mismo tiempo, como Hans-Dietrich Genscher afirmó en una
entrevista para el DW-World.de: “Es war eine europäiasche Freiheitsrevolution. Das war das Besondere des Jahres 1989”.

<>

No hay comentarios:

Publicar un comentario